domingo, 21 de agosto de 2011

Sin Título

 

 

Sin embargo. Sin escombros. Sin alcohol.

Sin acidulantes. Sin sentido.

 

Sin fecha. Sin sobre. Sin sello.

Sin vuelta atrás.

 

Sin consentimiento. Sin permiso. Sin fin.

Sin prisa. Sin seguridad.

 

Sin ropa. Sin dinero. Sin expectativas.

Sin sueños. Sin nada.

Pendientes de un hilo



Pasa la luz entre las agitadas hojas de los árboles, son los destellos de un nuevo amanecer.
Los brillos que vestía anoche cegaron luz del flash.
Algunas fotos se quemaron por el exceso.
Sabemos si un traje resiste la embestida de la fiesta si a la mañana siguiente no ha perdido ninguna de sus lentejuelas.
Y eso depende sobre todo del hilo con el que estén cosidas.
Ajustamos el obturador, el tiempo de exposición, y listo.
No hay oscuridad que a la luz resista.
Estamos pendientes de nuestro hilo.

3/10/10



Madrid

Bajando por la Castellana desde Cuzco hasta la rotonda que hace esquina con mi casa hay unas tiendas maravillosas. En sus escaparates se venden flores, libros, Volvos, mapas antiguos y hasta muebles para el baño.
Muebles para el baño donde, cada mañana, nos abrazamos.
Tus abrazos, que se confunden con mis sueños dormidos en tus brazos, que me alegran como tu risa, que me acarician como tus labios y que me hacen feliz, como nunca hubiera imaginado.
Bajando por la Castellana desde Cuzco pienso en cosas que no se pueden comprar en las tiendas, son las cosas que tú me has dado.




/2010/

Amigos