Como un adolescente en plena efervescencia, como la Schweppes en los anuncios de los 80, así me encuentro yo: hiperactivo.
Con ganas de estallar este cuarto y convertirlo en un inmenso garaje creativo, con muchos focos y cámaras, con tablets, con miles de sofás, con rotuladores de todos los colores y tipos de puntas, con unas ventanas gigantes, con una secretaria encargada de la facturación, con pizarras y tizas, con bar-café-musical integrado, con un equipo de música gigante, con una doble altura para mi habitación, con camas supletorias para todos, con línea telefónica, adsl, internet mega ancho y videoconferencia internacional con Face Time, GoogleTV y puffs de colores, con un armario vestidor y varias tarjetas Visa y cuentas premium en todos los sitios.
También que pille céntrico.
Así me encuentro yo, hiperactivo.
La palabra hiperactivo contiene la palabra pera.
¿Porqué será?
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