Un postre dulce para un dulce desencuentro. Una deliciosa cuesta hacia arriba. Un bonito peinado. Un lugar escondido. El móvil, que se me ha olvidado.
La casualidad del gesto, o la causalidad.
Unas naranjas para compartir y un cóctel de tostadas. Un paseo por la playa. Un horizonte lejano. Café, azúcar y fresas. Un postre para el verano.
O mejor, fresas con azúcar y algo de trabajo.
No hay nada más sano.
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